lunes, 27 de noviembre de 2006

¿Qué parte de "comer" no entendiste?

9:20 pm(una lectura menos de las mil que hay que leer; dos cajas de lentejas donofrio, un beso de moza y una torta de chocolate en el estómago)
Acabo de leer un capítulo más de "Santa Evita", un capítulo más donde se cuenta acerca de la extrema delgadez de la argentina. Aunque su delgadez no era el resultado de una bulimia, recordé a esa bastante envidiable modelo brasilera (era brasilera ¿verdad?, bueno tenía cuerpo de carioca!)que ahora ya está recontra muerta, con la pata estirada, calaverita(aunque ya era así antes de morir), comida de gusanos (aunque no había mucho que comer).
Trato de tomar una vez más el tema de la bulimia, anorexia y demás problemas alimenticios en serio pero no puedo evitarlo: ME DA RISA.
A ver que alguien me diga que comer no es buenazo, que un lomo saltado con su huevo frito encima no es como tocar el cielo!
No, no y no. Me disculparán las flacuchentas esas que decidieron morir por no comer, pero no las comprendo. Sí puedo comprender que una quiera estar flaca, regia, sexy y buenaza pero hasta el punto de no querer comer o de comer y vomitar, eso rebasa mi poder de entendimiento.
Si pudiera conocer a una de las tantas top models que sufren de este problema le haría estas simples preguntas:
¿QUÉ PARTE DE "COMER" NO ENTENDISTE?
¿QUÉ PARTE DE "TORTA DE CHOCOLATE" NO COMPRENDES?
¿QUÉ PARTE DE "ERES REGIA" NO CREES?
¿QUÉ PARTE DE "SI NO COMES TE MUERES" NO TE ENTRA EN LA CABEZA?
Quisiera que alguien me responda esto.
Ya sé que es una enfermedad que conlleva problemas psicológicos y bla, bla, bla pero NO JODAN PUES, COMER ES BUENAZO!
9:40pm(hora de comer otro pedazo de torta, bueno... que sean dos!)

domingo, 26 de noviembre de 2006

Supermercado

Luego de haber seleccionado cuidadosamente mi carrito, estoy lista para comprar. Me encamino rapidamente al pasillo de golosinas. Frente a mí, están los chocolates y eso me pone feliz. Veo que a mi derecha hay dos niños que también están embelesados ante tan grandioso producto.
Centro mi mirada otra vez en los chocolates y selecciono dos marcas que son mis favoritas. Pero aún me faltan otras dos, que serán la cantidad suficiente para entretener mi fin de semana. A la izquierda se escucha un barullo. Son personas en la caja cinco que están cantando el "Happy Birthday" a cierta clienta.
La señora sonríe, mientras que los pequeños parados a mi lado silenciosamente corren hacia ella para darle un abrazo. Sin lugar a dudas, son su hijos, puesto que los tres tienen las mismas expresiones del rostro. Termino de seleccionar las dos bolsas restantes y me dirijo hacia la caja cinco.
Hoy es también mi cumpleaños pero nadie lo sabe.

sábado, 25 de noviembre de 2006

De cómo en este mes todas se aburren de ellos

"Adivina qué"- me dijo con ojitos vivaces y parada de modelo- "Terminé con él". ¡Mi Dios!- pensé. Y era necesario invocar a Dios pues jamás pensé que ese par se aburriera de andar besuqueándose. Tres años de toqueteos y regalitos ¿para qué? para que ella termine con él sin derramar una sola lágrima o cortarse las venas... Y la razón de esa ruptura no era como yo esperaba: "un chico que conocí ayer o mi cibernovio que viene de Chucuito para casarse conmigo" (cualquiera de esas dos opciones hubiera sido más honrada) sino que lo dejó por aburrimiento, porque "el amor se acabó". De todas las razones por las que se puede cortar a un enamorado, probablemente esa sea la peor. Imagínense:"Te amé estos últimos tres años pero la verdad ahora me aburres" AU!

Más tarde me encontré con otra amigacha, quien me contó que ella y el esperpento con el que andaba habían terminado. Esta vez no me sorprendí, mas bien experimenté una alegría sin igual (¡pero bien disimulada!) La historia sin embargo no acabó allí; al contrario, estaba comenzando...

"Yo la vi agarrando con otro pata, hace unos días nomás. Pobrecito el chato"- me dijo la chismosa de la facu mientras tomaba un café de maquinita. Justo en ese instante el chato ( estrenándose como ex, además de cachudo) se acercaba a mí con una sonrisa en el rostro. Le sonreí de vuelta, cuando de repente sacó una revista de su mochila y me la ofreció por una luka. Miré la revista y luego a él; un sentimiento de tristeza me invadió el alma y busqué en mis bolsillos la moneda que me pedía el pobre cachudito.
Luego de almorzar pensé que el día se normalizaría, pero estaba equivocada porque cuando caminaba tranquilamente encontré a una parejita amiga mía discutiendo cual panelistas de Laura Bozzo. La verdad no sé si la muchachita al final accedió a los ruegos del que alguna vez amó o si al final su amor terminó como todos los demás y no quise quedarme a verlo.
Luego de este escalafón cursilón y de telenovela mexicana, me pregunté:¿QUÉ CARAJO LES PASA A LOS ENAMORADOS HOY DÍA? ¿Fue acaso un "aburrimiento masivo" o una peste que se desperdigaba por la universidad? Eso no lo pude determinar pero esa noche antes de dormir le prendí una velita a mis santos y cruzé los dedos hasta el día siguiente esperando que el aburrimiento no me alcanzará a mí ni a mi señorito enamorado. En fin...

viernes, 17 de noviembre de 2006

Adiós

Después de caminar muchas cuadras, la encontró. La miró fijamente a los ojos, más allá de las pupilas y esperó que fuese ella la que hablara. La joven no se inmutó, lo miró desafiante y con el cigarrillo quemándole los labios le preguntó: "¿A qué has venido?". Él sonrió nervioso y se apuró en esconder sus manos temblorosas en los bolsillos del pantalón. Luego de tres segundos angustiantes, ensayó una respuesta algo vaga pero muy cierta: "A verte"- le dijo y de pronto el temblor de las manos había desaparecido.
La "semi niña" lo miró sorprendida, el cigarrillo se le cayó al suelo y fue ella la que comenzó a temblar. Se agachó lentamente en busca de más nicotina pero él fue más rápido y lo alcanzó primero. Luego se lo entregó y por un segundo las manos de ambos se rozaron y los dos corazones empezaron a acelerar. Él quiso decirle algo, ella también pero los labios de ambos se detuvieron ante el grito de un muchacho delgado y de rostro duro. Ambos lo miraron con resignación pues sabían que su conversación había terminado. La jovencita bajó la cabeza y miró el suelo un largo rato, luego cerró los ojos con amargura dejando escapar una lágrima o quizás dos. Él fingió no haberlas visto y con la voz entrecortada dijo: "Adiós".
Ella no le contestó y siguió observando el suelo. Esperó que él doblara la esquina, levantó el rostro y susurró: "Adiós, papá"

sin título, ¿propuestas?


-No es necesario- dijo una voz masculina dentro del baño. La mujer asintió y salió de la habitación con el abrigo. Bajó a la sala y lo colocó sobre el sillón. Luego fue al bar y se sirvió una copa de vino mientras escuchaba cajones que eran abiertos y cerrados, y pasos de un lado a otro.

Encendió el televisor para distraerse pero no lo consiguió. Sacó un pequeño espejo para examinarse el rostro. El maquillaje aún se mantenía perfecto. Sonrió, era hermosa y lo sabía.
Era alta, de figura esbelta, cabello negro y ojos azules. De labios rojos y pestañas largas. Siempre vestía elegante y sofisticada. Había sido educada en colegios de prestigio para triunfar y a eso estaba acostumbrada.

Desde las escaleras, él también lo percibió así. La vio sonreírse a sí misma y se sorprendió de su belleza, como siempre lo había hecho. Pensó que una semana después ya estaría triunfando al lado de otro hombre tan enamorado como él.
Encendió un cigarrillo mientras se acercaba a ella. La miró a los ojos y exhaló una bocanada de humo.
-Me voy- le dijo muy calmado. La mujer ensayó una sonrisa algo forzada y lo acompañó hasta la puerta. Regresó sus pasos y le alcanzó el abrigo.
-Te dije que no era necesario-murmuró con el cigarro en los labios
-Te equivocas, para mí lo es- contestó con voz temblorosa, pero solemne.

Abrieron la puerta y salieron hacia la calle. Lo miró por última vez como habría de recordarlo siempre: hermoso. Era indiscutiblemente guapo y también bello de sentimientos. Sin embargo, para ella eso no era suficiente, ¿o sí?
Caminaron hacia la puerta del condominio y se detuvieron.

El hombre tiró el cigarro al suelo y lo pisó mientras se consumía el fuego. Luego, la miró y le dijo:
-Adiós.

Pero la mujer no pudo responderle, pues de pronto en los ojos se le acumularon miles de lágrimas que querían salir. Le sonrió para evitar el llanto y giró el cuerpo para volver a casa. Él también giró el cuerpo pero en dirección contraria.
La mujer empezó a caminar lentamente. Pensó que ambos se arrepentirían luego de tres pasos pero sólo ella volvió el rostro.