Adiós
Después de caminar muchas cuadras, la encontró. La miró fijamente a los ojos, más allá de las pupilas y esperó que fuese ella la que hablara. La joven no se inmutó, lo miró desafiante y con el cigarrillo quemándole los labios le preguntó: "¿A qué has venido?". Él sonrió nervioso y se apuró en esconder sus manos temblorosas en los bolsillos del pantalón. Luego de tres segundos angustiantes, ensayó una respuesta algo vaga pero muy cierta: "A verte"- le dijo y de pronto el temblor de las manos había desaparecido.
La "semi niña" lo miró sorprendida, el cigarrillo se le cayó al suelo y fue ella la que comenzó a temblar. Se agachó lentamente en busca de más nicotina pero él fue más rápido y lo alcanzó primero. Luego se lo entregó y por un segundo las manos de ambos se rozaron y los dos corazones empezaron a acelerar. Él quiso decirle algo, ella también pero los labios de ambos se detuvieron ante el grito de un muchacho delgado y de rostro duro. Ambos lo miraron con resignación pues sabían que su conversación había terminado. La jovencita bajó la cabeza y miró el suelo un largo rato, luego cerró los ojos con amargura dejando escapar una lágrima o quizás dos. Él fingió no haberlas visto y con la voz entrecortada dijo: "Adiós".
Ella no le contestó y siguió observando el suelo. Esperó que él doblara la esquina, levantó el rostro y susurró: "Adiós, papá"
6 comentarios:
Oh my god! era su padreee q conmovedor caray! siguele con otra!!!
abri los ojos al mundo blogger esta mañana y encontre este texxto. bacan!
JP
que gracioso el nombre de tu blog...
Lorena...... que linda tu historia!!!...sigue escribiendo!!... y cambiale de nombre a tu blog =P jaja mentira...
PD.- Si quieres ver mi blog NO lo veas ahorita, pq me daria muuuuuuucha verguenza.. soy shy =P... lo ves en tu casa!
Buena ah, hasta ke te hiciste una jejeje chevere las historias
Me gusto tu relato. Tan desolador como la vida misma.
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